Era la tarde del viernes 25 de agosto del 2006 cuando el Club León estuvo en Zapopan, Jalisco, para firmar la actuación más vergonzosa de su historia, en pleno andar por la segunda división.
El rival fue la filial de los Tecos UAG en la desaparecida Primera División “A”, la cual fue parte de otro proyecto de la FMF que terminó en fracaso.
Este partido marcó el inicio de un séptimo torneo para el olvido de los leoneses en la liga de plata.
Así llegó León Vs Tecos
Era el inicio del Apertura 2006 y los esmeraldas tenían regulares resultados, pues en las tres primeras jornadas del certamen sumaron dos triunfos por una derrota, bajo el mando de Juan Carlos Chávez y la administración del Grupo Pegaso.
El encuentro ante los tapatíos era de suma importancia, ya que en su primera visita del torneo a Salamanca, habían sido goleados 3-0.
“Esta debe ser otra historia, es un partido diferente y debe tener un final distinto al de la última visita. Vamos por los tres puntos, queremos que nuestro futbol se vea al máximo y sabemos que se puede, pues estaremos en una cancha de Primera División”, declaró antes del partido el delantero chileno Luis Ignacio Quinteros.
La ilusión y motivación era demasiada para enfrentar por primera vez en cinco años a los tecolotes, ya que la franquicia de Zapopan vivía su torneo de retorno en la división de plata.
En lo numérico, León llegó siendo tercer lugar del Grupo 1 con seis unidades; mientras que, los tapatíos, eran quintos con la cosecha de apenas un punto.
La pesadilla en el Tres de Marzo
Toda la ilusión y motivación que expresó el artillero chileno distó mucho de lo visto en el terreno de juego.
Fue una auténtica pesadilla para los Verdes, quienes en menos de 10 minutos ya caían 2-0.
El arquero esmeralda César Ríos tuvo un partido para el olvido por una serie de errores que condenaron el andar de su equipo durante los 90 minutos.
En medio de una tormenta que cimbró el estadio, los felinos trataron de reaccionar ante los embates emplumados con un gol de Quinteros, el cual sólo se convirtió en el gol de la honra.
Mientras el cielo se “caía”, empapando botines y uniformes de cada jugador en el terreno de juego, Tecos aprovechó para finiquitar el partido con un marcador escandaloso de 6-1.
Tomás Quiñones, José Castillo, Miguel Hernández, Arnold Rivas y dos veces Francisco Bravo, cimentaron la humillación más grande del Club León durante los 10 años en la división de Ascenso.
La afición, furiosa
Al duelo viajaron un centenar de aficionados del León, esperanzados en celebrar en el 3 de Marzo, aunque pronto la ilusión se convirtió en furia y decepción.
Hartos por el accionar en el arranque del segundo tiempo, cuando León se vio abajo 5-1 recién al minuto 64, los hinchas comenzaron a lanzar botellas de agua a la cancha.
Ante la poca asistencia prevista, no se vieron vendedores de cerveza o refresco, pero la afición esmeralda aprovechó las vacías hieleras de plástico para mostrar su enojo y lanzarlas a la cancha, lo que obligó a detener el juego durante algunos minutos.
La mayoría de los fanáticos se hartaron y dejaron el campo antes del final, ahorrándose así, el sexto tanto de unos Tecos exultantes ante un León humillado.
‘A la gente, le ofrezco disculpas’
El domador de la Fiera en aquella temporada fue Juan Carlos “La Pájara” Chávez, quien lamentó la vergonzosa exhibición de su equipo.
“A la gente que vino, le pido perdón, y a la que no, una disculpa, porque no hay pretextos. El equipo tiene voluntad, pero tenemos desconcentraciones que nos cuestan goles y la responsabilidad es mía”.
Algunos aficionados panzas verdes hicieron acto de presencia en las butacas del Estadio Tres de Marzo, y aunque no dejaron de alentar, mostraron su enojo al ser testigos de la segunda derrota de su equipo por goleada y de visitantes.
“Nos llegaron siete veces y nos metieron seis. El equipo no se defiende bien y no tenemos pretextos, pues no hay palabras. Fuimos un desastre. A veces regresas triste, pero ahora da pena. No jugamos bien”.
La reacción de los jugadores
Los futbolistas, principales protagonistas de una derrota escandalosa, también se mostraron apenados por la situación.
“Este juego fue un desastre, no hay ninguna explicación para lo que pasó hoy en la cancha. Tenemos que sacar un aprendizaje porque no le pueden meter seis goles a un equipo como León”, declaró Ignacio Quinteros.
Algunos prefirieron tomar el ejemplo del mediocampista Francisco Silva y olvidarse de inmediato para enfocarse en el Real Colima, equipo que era el siguiente rival en puerta.
“El partido tenemos que olvidarlo, hay que pensar en el siguiente partido en casa, redoblar esfuerzos y sacar el resultado ya que a nadie le gusta perder. Hay situaciones en las que, por más que intentas, en este tipo de canchas no te ayuda y es pesado. Toca sacar la cara por el equipo”.
La peor exhibición en el Ascenso
Esta goleada fue la peor exhibición del León en la Liga de Ascenso, integrándose a la lista del deshonor junto al partido de Mérida (5-0) en el Clausura 2004.
¿Cómo le fue al León en el Apertura 2006?
Fue un torneo bastante irregular para los leoneses al terminar clasificando vía repechaje gracias a su récord de ocho victorias, un empate y ocho derrotas, para una sumatoria de 25 puntos.
Aunque superaron a Cobras de Ciudad Juárez, la ilusión por el título se desechó por completo apenas en los Cuartos de Final al ser derrotados por Salamanca con global de 4-1.
¿Por qué es la peor goleada de la historia?
El 6-1 en casa de los Tecos puede considerarse la peor derrota de la historia del Club León por varios factores:
- Se dio en una división inferior, en la que León debía pasar poco tiempo por su jerarquía, pero en la que fue hundido durante 10 años.
- El rival no fue un protagonista del torneo ni uno de los favoritos del circuito, sino simplemente una filial plagada de juveniles y con algún veterano en horas bajas.
- El marcador mostró lo visto en el campo durante los 90 minutos, así que ese 6-1 no puede catalogarse como un accidente.
- Para colmo, la sede no fue un estadio agreste, repleto de hinchas rivales, sino el casi siempre desértico Estadio 3 de Marzo, en el que un puñado de familiares apoyaron a los locales y un centenar de esmeraldas lloraron por su Fiera.