Dos años después de ganar su quinto título de Primera División, la historia del Club León dio un vuelco al tratar de alargar el protagonismo.
Y es que la Fiera encontró a una nueva estrella muy lejos de su guarida (a más de 2 mil kilómetros), en un país que todavía no contaba con futbol profesional, pero que ya había albergado el evento más grande: la Copa del Mundo de Estados Unidos 1994.
El arribo de Marcelo Balboa a León
Característico por sus imponentes montañas, Denver, Colorado fue el lugar donde los esmeraldas encontraron a la estrella estadounidense más grande de su historia: Marcelo Balboa.
La urgencia para la directiva era evidente, tras una temporada llena de tumbos durante la 1993-94, con 50 goles recibidos en 38 partidos disputados, así que la zaga fue el punto de partida para armar la plantilla.
Sin una liga profesional en su país, Marcelo Balboa, originario de Chicago, Illinois, llegó al balompié azteca tras su paso en tres clubes amateurs: San Diego Nomads, San Francisco Bay y Colorado Foxes.
“Me dieron chance, la gente de León le dio chance a un americano y tomarla en ese tiempo (94-95) era difícil, pero por eso al León lo tengo en mi corazón por esa oportunidad que me dieron. La verdad, la afición y el club: pasé dos de los mejores años de mi vida jugando”, declaró Balboa en entrevista para A.M. en 2020.
Así, de manera impensada, León y Balboa comenzaron a trazar juntos una historia que, hasta el día de hoy, ha sido imposible de olvidar.
Su consagración con la Fiera
Si bien los campeonatos no pudieron llegar en esos dos años de estancia, la figura de Balboa se cimentó con sus actuaciones, ya que, acompañado de una larga cabellera que complementaba su jersey, sus actuaciones enamoraron a la tribuna.
“Era un sueño que yo tenía, el jugar en México, no me importaba en qué equipo, pero cuando la gente de León me aceptó, me abrieron los brazos y estoy agradecido por la oportunidad. Si no hubiera sido por ese llamado en mi país para comenzar en la MLS, me hubiera retirado en León”.
Recuerdan a Balboa con cariño
Según datos cortesía de Erik Lugo, Balboa jugó en León en dos temporadas: la 1994-1995 con registro de 17 partidos y la 1995-1996 con 30 actuaciones en campaña regular y dos más en Liguilla, además de marcar tres goles.
Así, el recuerdo de su figura sigue bastante nítido en la afición panza verde que, en cada oportunidad, recuerda al zaguero con elogios y buenas referencias.
“Excelente futbolista en el juego aéreo, gran rematador. Me gustaba ir al estadio a verlo jugar. Se entregaba en cada partido”, posteó un usuario en Twitter.
“El mítico ‘27’. Me acuerdo cuando iba al estadio a verlos jugar desde muy chico”, comentó Raúl Alejandro en un posteo del recuerdo.
“Sería sensacional que estuvieras en la central de estos tiempos esmeraldas. Eres un chingon”, publicó Antonio Ortega, aficionado a los esmeraldas.
Una carrera llena de éxitos
Balboa dejó al León en 1994, llamado por el Colorado Rapids, el equipo que debutaría en la nueva Major League Soccer (MLS), en la que, por cierto, Balboa también se convirtió en leyenda.
Con tres mundiales consecutivos (Italia 1990, Estados Unidos 1994 y Francia 1998), 127 partidos y 13 goles con su selección, además de un nombramiento al Mejor Jugador del Año y el reconocimiento de Gol del Año en la Major League Soccer (MLS), Marcelo Balboa es recordado en el Bajío como el mejor estadounidense que ha portado los colores verdiblancos, muy por encima de hombres como Landon Donovan o Eric Wynalda.
Sin títulos y con solo dos temporadas, el paso de Balboa fue efímero pero lleno de entrega, lucha, compromiso y amor por los colores verdiblancos para convertirse en un astro cuando más era impensado, pero así es el futbol, y tal como sucede en la vida, lo espontáneo se disfruta el triple.