PELÉ

La visita ‘olvidada’ de Pelé a León

Pelé visitó León en el esplendor del estadio La Martinica, hoy hecho escombros.

Pelé controlando el esférico durante la clínica.Créditos: Guillermo de Alba y Luis Gerardo Lugo.
Escrito en LEYENDAS el

En cada país, estado, municipio, estadio y pasto que pisó Edson Arantes do Nascimento, dejó una huella imborrable por su labor dentro y fuera de la cancha.

Pero hay un recuerdo que, poco a poco, se fue quedando en el olvido por los pocos registros que existen, al darse en un estadio que, a pesar de ser un pilar importante en el inicio del futbol en la ciudad, quedó reducido a polvo. 

La visita de Pelé a León 

Y es que en 1976, en pleno proyecto de Antonio ‘La Tota’ Carbajal al frente del Unión de Curtidores, Pelé se presentó en el Estadio La Martinica para impartir una clínica de futbol a las divisiones inferiores del equipo, juveniles que se enteraron de la visita del mito hasta que ya estaban sobre el terreno de juego. 

“Era confuso y no nos avisaban bien, pero recuerdo que don Antonio (Carbajal) me eligió a mí para liderar la fila y me quedé sorprendido al verlo a Pelé ya parado en el campo con algunos balones”, expresó Guillermo Alba, quien era parte de las fuerzas básicas con apenas 15 años de edad. 

“Fue increíble la experiencia, como dos horas y media de estar allí con él”.

Como en cada sitio donde se paraba Pelé, la algarabía que desataba era inigualable y, en consecuencia, los alrededores del estadio se llenaron de personas e, incluso varias vieron por arriba de una valla, tal y como relata ‘Memo’ una anécdota.

“Fíjate ya por estos días, Teo González me mandó un mensaje que nos vio desde arriba de una valla  y, aunque después le dio como miedo a Pelé porque se querían meter, al final no sucedió nada”. 

Pelé disfrutando el abrazo de un niño en la clínica. Foto: Cortesía.

‘Tener a Pelé fue increíble’

Y es que no solo fue su presencia, sino lo que representó para todos los juveniles presentes en el terreno de un estadio que, al día de hoy, quedó reducido a polvo. 

Les enseñó varias técnicas, como el manejo de pelota, el cabeceo y algunos consejos para gambetear. 

“Era muy padre, recuerdo que entrenábamos dos días a la semana y dividían la cancha en cuatro partes para cada categoría y hasta los mismos jugadores del primer equipo nos guiaban, así que tener a Pelé fue increíble”, relata Ricardo Enríquez, hijo de la leyenda “Chavicos” y quien fue parte de aquella visita. 

Un jueves por la tarde quedó en la memoria de varios talentos que, en búsqueda de alcanzar el sueño del profesionalismo, fueron guiados aquel día por un astro que ya era considerado el mejor futbolista de todos los tiempos.

“Todavía recuerdo su mano en mi hombro (risas) y es que, tenerlo allí, fue algo invaluable para muchos de nosotros. No sabíamos ni qué íbamos a hacer y la sorpresa fue muy bonita”, relató Memo.

“Aún recuerdo sus indicaciones así, tocándome mi hombro o a pocos metros de distancia. Un físico impresionante el buen Pelé quien, además, siempre fue muy amable, un auténtico tipazo”.

Así, Edson Arantes do Nascimento dejó una huella importante en un estadio que, en medio de todo ese polvo que desata la nostalgia y la añoranza, persiste con su recuerdo a pesar del tiempo.

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