La Liga de Ascenso se caracterizó por su falta de seguridad en los estadios y ello, aunado a la escasa cobertura de medios de comunicación, contribuyó a episodios de trifulcas en varias plazas.
Una rivalidad que se cimentó con los años fue La Piedad Vs León, pues eran dos equipos que siempre peleaban por ascender, reforzándose con lo mejor del circuito, lo que derivó en absoluta intensidad en cada partido.
Las cosas se calentaron cada vez más en las gradas, convirtiéndo en una tradición las constantes peleas antes, durante y después de los encuentros entre los dos grupos de animación. El episodio más recordado sucedió en el Apertura 2011, cuando tras el soporífero espectáculo en el campo, con un empate sin goles, la afición panza verde vivió un infierno.
¿Cómo llegaron León y La Piedad al duelo?
Los esmeraldas del León visitaron el Juan Nepomuceno López con una difícil misión, pues los Reboceros de La Piedad eran líderes del torneo con 18 puntos, producto de seis victorias y sólo dos derrotas, manteniendo el inmueble como su principal fortaleza con paso perfecto, al acumular cuatro victorias en cuatro partidos.
La cosecha del León que dirigía Pedro Muñoz, tras la salida de Tita en la fecha 6, era muy pobre, con sólo 13 unidades luego de tres victorias, cuatro empates y una derrota, además de tres partidos al hilo sin ganar.
Con contrastes, las dos escuadras se vieron las caras en el calor bochornoso de La Piedad, Michoacán, dentro de un estadio que sólo es capaz de albergar a 13,356 espectadores, incluyendo una tribuna mitad cemento, mitad cerro.
Pero, como en cualquier plaza del Ascenso, el aliento verdiblanco, no se hizo esperar.
Soporífero espectáculo en el Juan N. López
Un partido que prometía muchísimo por la rivalidad resultó decepcionante, pues aunque el cuadro esmeralda se quedó con 10 hombres todo el complemento por la expulsión de Mario Ruíz, el equipo michoacano simplemente no pudo romper el cero.
Un empate sin anotación amargo para los Reboceros y muy dulce para los Verdes, que rescataron una unidad de oro por las circunstancias del cotejo.
El infierno en la ciudad michoacana
Pero al finalizar el cotejo, la porra rebocera conocida como "La Vagancia", decidió destruir los camiones que los aficionados panzas verdes rentaron para viajar hasta La Piedad.
Los mismos conductores de los cuatro autobuses rentados narraron lo que sucedió cuando estaban esperando, a las afueras de un supermercado, a los aficionados esmeraldas que se encontraban, aproximadamente, a un kilómetro de distancia.
La tranquilidad se vio afectada cuando arribaron 15 aficionados de la porra local y comenzaron el ataque con piedras, palos y hasta machetes, sin importar que los chóferes estuvieran sobre la unidad. Fueron cinco minutos de constante agresión.
Aunque los conductores trataron de pedir ayuda, jamás llegaron las autoridades, por lo que tuvieron que huir entre una auténtica lluvia de piedras, ante alrededor de 40 aficionados.
Uno de los conductores resultó herido por una cortada en la ceja, debido al impacto de una piedra sobre su parabrisas, y otro de los choferes huyó a pie.
"No había gente en los camiones, pero de todos modos nos apedrearon, eran aproximadamente cuatro o cinco camionetas (con aficionados locales), nosotros prendimos los camiones y salimos de allí porque nuestra vida peligraba", declaró uno de los conductores.
Las consecuencias del ataque
Aunque fueron arrestados 16 aficionados de La Piedad, los chóferes declinaron presentar cargos por miedo a represalias y es que varios integrantes de la porra local declararon que pudo ser peor.
"Existe un acuerdo que no pueden venir y que ellos (los aficionados del León) no respetan", comentó un seguidor de La Piedad.
"Se quieren hacer los valientes, pero a la hora de la hora ellos siempre corren y se refugian tras los policías. Eso les pasa por venir y no les fue peor porque no nos dejaron (sic)".
Fueron en total 120 mil pesos de daños, quedando, afortunadamente, en lo material las consecuencias del hecho.
La porra leonesa se quedó en el estadio como prevención, pues las trifulcas entre las dos porras era de lo más común en tierra rebocera. Pero eso no evitó agresiones desde las afueras del estadio, con piedras y botellas de vidrio.
Cuando por fin los dejaron salir del estadio, se encontraron con la noticia de las agresiones, por lo que su regreso a la capital del zapato se demoró aún más.
La mala organización
Tanto los afectados como los mismos miembros de seguridad consideraron que fueron dos las detonantes de esta trifulca: dejar sin protección a los chóferes y sus autobuses y no desalojar a la porra del estadio 15 minutos antes del silbatazo final, como se practicaba en otras plazas del circuito.
Además, una imagen que refleja todo esto es la de un aficionado rebocero, golpeando la reja donde estaban algunos aficionados esmeraldas ante la mirada de un policía municipal que sólo hizo eso, observar pasivamente.
La peor bronca del León
Esta es la peor bronca de aficionados esmeraldas en la Liga de Ascenso, pues la gravedad del ataque ante la porra panza verde no fue vista dos veces en el circuito de plata.
Estos dos grupos de animación siempre se caracterizaron por su intensidad al alentar y sus tradicionales trifulcas antes, durante y después del cotejo.
¿Recuerdas este suceso?