Las maldiciones no duran para siempre, y el León, de manera muy sufrida, consiguió su primer triunfo en el "Gigante de Acero". Pero más allá de ese significativo hecho, lo mejor del resultado esmeralda en tierras regias fue el haber cortado una larga racha sin conocer la victoria, y el haberse reencontrado con el gol.
El golazo de Elías Hernández fue de lo más destacado del encuentro, y no menos destacada fue la gran jugada de conjunto que lo originó. Desafortunadamente para el "Patrullero", su buena labor no se pudo redondear con el segundo gol que fue milimétricamente anulado por el abanderado.
Se le debe agradecer a La Fiera y a Holan la propuesta inicial presentada en el "Gigante de Acero". Con un Elías enchufado, y con Meneses brindando su mejor actuación del torneo, el León se paró con autoridad en la cancha de los regios. El técnico argentino finalmente se animó a poner juntos de inicio a Gigliotti y a Dávila, y la combinación le resultó en la primera mitad.
El encuentro se ensució por la deficiente labor del silbante Ramos Palazuelos, quien increíblemente expulsó a Dávila por una falta inexistente. Afortunadamente, el VAR -que da y quita- le corrigió la pifia al central. Sin embargo, y a partir de esa acción, los equipos cayeron en el juego ríspido.
En la segunda mitad, los Verdes perdieron el control de la media cancha y la presión rayada terminó echándolos atrás. No deja de preocupar los apuros que pasa la defensiva esmeralda cuando los rivales se deciden a atacar. Como un boxeador contra las cuerdas, el León tuvo la suerte de contar con un par de postes salvadores y con la excelente mirada del abanderado Mauricio Nieto. Este sigue siendo un aspecto a mejorar, porque el equipo verdiblanco no puede depender de estas circunstancias.
A pesar de los apuros, La Fiera pudo finalmente reencontrarse con el triunfo, y el resultado en Monterrey, a pesar de las ausencias, puede ser un envión anímico para volverla a meter en la pelea por la clasificación.