La Fiera no levanta, y después del calvario vivido en Seattle a media semana, fue incapaz de conseguir un buen resultado en su casa ante los Tigres del "Piojo" Herrera.
El asunto con el León no son sus números -a pesar del mal futbol, el equipo se mantiene en zona de calificación-; es el desorden y la pobre idea que ha mostrado, incluso en los triunfos ante Chivas y Necaxa.
El primer tiempo parecía promisorio para unos Verdes que lucían dominadores sobre la visita. Pero todo cambió luego del penal fallado por Ángel Mena. La escuadra esmeralda dejó crecer a los Tigres, y en combinación con un par de errores de Rodolfo Cota, pronto se vio abajo 0-2 en el marcador. Abrumado, el León acusó el mismo descontrol mostrado en Seattle, y daba la impresión de que los visitantes conseguirían el tercero.
Aunado a la falta de profundidad, La Fiera tiene un nuevo problema: descuida la zona defensiva por lanzarse de manera desorganizada al frente, y casi siempre es superada en el contragolpe. De tal forma, mientras al León le cuesta un mundo de trabajo llegar a la meta contraria, el rival en dos o tres toques genera peligro sobre la puerta defendida por Cota.
Aunque el equipo de Holan trató de nivelar las cosas en la segunda mitad, sus escasas llegadas facilitaron la labor de los Tigres, que se dedicaron a manejar la ventaja, y se encontraron con la tercera anotación, misma que sepultó la aspiraciones verdiblancas.
Víctima de sus propios errores e incapaz de incomodar a Nahuel, el conjunto verdiblanco terminó el encuentro resignado a ver como los Tigres se llevaban las tres unidades en una forma por demás sencilla.
Ahora, el León necesitará una dosis extra de ánimo para enfrentar a Seattle, en la vuelta de la Concachampions, y requerirá además que Holan ajuste todas sus filas y prepare a conciencia el encuentro. Lo del ánimo luce factible, lo que haga el técnico argentino, no tanto.