El hilo se cortó por lo más delgado y Ariel Holan salió del León, pero esto no quiere decir necesariamente que ya todo está resuelto y que de este hilo ahora todos jalarán parejo jugando a su máximo esplendor.
Holan había ratificado un día antes del juego contra América que no dejaría a sus jugadores a falta de tres partidos. En la rueda de prensa después del juego afirmó que no se iría, pero minutos más tarde puso su segunda renuncia, la que sí fue aceptada.
Tal vez Holan repasó el desamor vivido en este torneo y por ello las razones de su resolución. Holan se aferraba al teórico espaldarazo de la directiva que lo mantuvo ante una primera renuncia y que avaló las decisiones técnicas de separar a Luis Montes y a otros jugadores. Espaldarazo teórico, pues la directiva no se postuló públicamente al respecto dejando que las versiones, a favor y en contra, circularan.
Lo que sí estaba a la vista de todo mundo es que en el entorno esmeralda todo mareaba. Si con su primera renuncia Holan daba a entender que no sabía qué hacer con el equipo, con el respaldo recibido hizo lo que quiso.
Dejó de existir la conexión entre domador y fieras, cuatro de 15 puntos disputados es una poca cosecha como para decir que el único problema de Holan en el León fue con el Chapo Montes.
La olla de presión explotó y pasó lo que comúnmente pasa entre técnicos, jugadores y directiva: agradecimientos recíprocos y deseos de un futuro promisorio.
Holan no tuvo las ideas convincentes con las cuales pudiera echarse a la bolsa a los jugadores. Vucetich las tuvo, Matosas y Ambriz también.
Restan dos partidos de la Liga, suficientes para seguir con vida. Soy de la idea que un equipo debe pelear hasta que el reglamento lo permita por mucho que el reglamento se pase de bondadoso.
Christian Martínez no ha sido designado como técnico interino, ha sido elegido para rescatar a la Fiera tratando de evitar que el daño sufrido en este torneo sea mortal. En pocas palabras, le encomendaron una auténtica proeza.
Como arquero le decían ‘He-Man’ y en esta ocasión atajó una papa caliente.
De entrada, Martínez tendrá que responder a la confianza pues mucho se hablaba de Carlos Morales o de Nelson Maz para entrarle al quite.
Contra Santos, el nuevo domador no tendrá a Iván Rodríguez, a William Tesillo y a Víctor Dávila, tres elementos con su importancia peculiar para encontrar soluciones, pero seguramente reintegrará a Luis Montes para cerrar filas. Otra asignatura urgente que tendrá Christian Martínez es recuperarle a Ángel Mena la buena estrella y que el ecuatoriano ahora sí tenga tino, irónicamente una puntería que pudo darle a Holan más vida.
El domador en turno debe tener las ideas claras de qué hacer con los Esmeraldas para renacer de unas cenizas que aún arden. Para él en particular, mucho por ganar y mucho por perder.
El torneo le ofrece a la Fiera los puntos necesarios para una vida más y calificar. Así es de simple, a pesar de los pesares el León tiene la oportunidad de ganar un boleto a la repesca y algo todavía más importante, de sacarle un poco de brillo a la dignidad.
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