Una de las peores temporadas del León desde su regreso al Máximo Circuito tuvo este domingo un decepcionante desenlace: La Fiera ni siquiera alcanzó el repechaje. La incapacidad del pusilánime técnico anterior, y la mala actitud de varios de sus jugadores, tuvieron como triste resultado la eliminación de una escuadra que se había convertido en constante animadora de la postemporada.
La necesidad hizo que esmeraldas y escarlatas nos regalaran un partido espectacular, mal jugado, pero espectacular. León, urgido del triunfo para llegar a la repesca, recordó por momentos su ADN ofensivo -ese que el ahora sonriente técnico de la U Católica destruyó-, y con más ímpetu que orden, se volcó sobre la meta choricera.
Por otro lado, la escuadra de Nacho Ambriz, tratando de evitar el pago de los 33 millones de pesos, también mostró una vocación ofensiva no vista durante todo el torneo. Nacho conoce bien a La Fiera, y se notó que planeó el partido a conciencia, sabedor de cómo dañar a su ex equipo.
Y es que el desorden defensivo del León fue terrible en los últimos cotejos. El desastre dejado por Ariel Holan era difícil de arreglar en dos partidos, y ni Christian ni nadie lo podía solucionar en tan poco tiempo. La pachanga de la zaga esmeralda en buena parte del certamen tuvo este colofón: cuatro goles recibidos en casa, propinados por uno de los peores equipos del torneo.
A Nacho y al Toluca por poco le sale. El gol de Barreiro simplemente queda para el anecdotario, porque el 4-4 de nada le sirvió a ambas escuadras: León quedó fuera, y Toluca tuvo que pagar una millonada.
Ahora, la institución verdiblanca tiene mucha tarea por hacer. Tiene tiempo de sobra para planear el siguiente torneo, y para tratar de evitar errores como los que ocasionaron este desastre de temporada.