La elección del killer del área ha sido un renglón torcido que no ha podido enderezar el Club León en los últimos torneos.
Después de la salida de Mauro Boselli, quien objetiva y estadísticamente hablando es el último referente goleador en esta posición, por la Fiera han pasado centros delanteros sin que alguno se consolide en el fondo de la red adversaria ni en el rincón del cariño del aficionado.
Leo Ramos llegó encendido y aquí se apagó, Ismael Sosa jugó entre azul y buenas noches, Vinicio Angulo fue un jugador más en el plantel, Nico Sosa solo resultó bueno para los videojuegos, José Godínez pasó desapercibido y Santiago Ormeño no ha respondido en la misma magnitud al entusiasmo que le caracteriza.
El perfil de Víctor Dávila no era el de ser el hombre-área, aunque aquí en el León se puso el overol para fabricar goles. En esto, mención extraordinaria merece Ángel Mena que como volante ofensivo ya superó los 60 tantos vistiendo de esmeralda.
El candidato menos esperado
Esta vez que se habló de la posibilidad de traer un centro delantero para reforzar la línea, nunca se pensó que el elegido fuera Lucas Di Yorio, argentino de 25 años proveniente del Everton de Viña del Mar, equipo en el que tiene injerencia el Grupo Pachuca.
No era lo que se esperaba y no con esto se pretende lapidar a un jugador que ni siquiera ha pisado el Glorioso, pero siendo francos, si se hubiera hecho un sondeo entre aficionados sobre jugadores ideales y alcanzables para el equipo León, Di Yorio no hubiera aparecido en los primeros diez.
Di Yorio carga desde ahora una empresa importante que deportivamente todo killer pretende asumir, la de convertirse en ídolo a través de la euforia de sus festejos. Los goles enamoran, sin duda.
Curiosamente, la mejor carta de Di Yorio son las quejas de la afición del Everton, que reclamó airada la salida del ariete para venir al León. Es decir, en teoría cuenta con cualidades para mostrar.
La maquinaria de Paiva
Dentro de esto, el objetivo más importante para Di Yorio es ser constante y jugar, no quedarse en la banca como les pasó a los ya mencionados. Sencillo, el atacante argentino deberá instalarse dentro de la maquinaria ofensiva que fabrique Renato Paiva.
La fiereza del León pudiera tornarse sublime en la medida que el nuevo domador logre amalgamar las cualidades de los jugadores que tiene a la mano con el estilo de juego que implementará.
Para Paiva será determinante integrar a Di Yorio con el aporte de Montes, Mena y Dávila, además de hacer efectivo el amor en segunda oportunidad con Yairo Moreno y Joel Campbell.
A todo esto, se agregan las virtudes ofensivas de Byron Castillo, pero todavía más importante, será despertar a Santiago Ormeño y a Federico Martínez, quien fue preferido a costa del ‘Patrón’ Fernández.
Salvo que un joven de las básicas se meta en la mente de Paiva, todo apunta a que esta será la materia prima con la que cuente el domador lusitano para encarar ofensivamente la Liga.
Nuevos rostros, segundas, terceras y últimas oportunidades.
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