León.- Suman cuatro los juegos seguidos en los que Lucas Di Yorio salió de la cancha sin gol.
Fue en la jornada 3 del torneo cuando, en medio de un mar de zagueros poblanos, el argentino se alzó para marcar un tanto que salvó a La Fiera de la derrota. Éste fue su último gol.
Hasta ese momento, los goles de Di Yorio le habían dado al León cinco puntos.
Mucho se ha hablado de las fallas en el aparato defensivo que ha presentado el esquema de Renato Paiva, y lo que menos se espera es que estas deficiencias contagien al sistema ofensivo esmeralda, que al arranque de la octava fecha es el cuarto mejor.
Además de Di Yorio y sus cuatro goles, Campbell, Dávila, Osvi Rodríguez, Mena, Byron y Fede Martínez han aportado con un tanto a la causa leonesa.
No obstante que para Paiva lo importante no es que un jugador resalte, sino que el equipo anote, siempre al centro delantero se le exigirá más.
Fue en el minuto 85 contra Toluca, en la jornada 5, cuando Di Yorio tuvo la última oportunidad clarísima que le recordamos. Un pase al área que el argentino cerró y voló. Hubiera sido gol y seguramente un triunfo por las circunstancias del juego.
La afición esmeralda quedó vacunada con delanteros de una mecha tan larga que nunca explotaron. Leo Ramos, Ismael Sosa, Nico Sosa, Chuy Godínez, Santiago Ormeño y hasta Emmanuel Gigliotti que anotó goles de título, tuvieron un no sé qué que no sé cómo no cuajaron.
En el juego contra Monterrey, los cinco goles en contra distrajeron las miradas al pequeño gran detalle del 60 por ciento de posesión de la pelota que tuvo el cuadro esmeralda y en el que sólo logró marcar un gol, aunado a que la generación de jugadas de claro peligro fue poca y durante breves minutos.
León y Mazatlán están dentro de las cuatro peores defensivas del torneo y su duelo entre sí amplía la posibilidad de anotar para los delanteros de uno y otro equipo. Ante esto, La Fiera debe volver a aprovechar la fisonomía del delantero centro que tiene ahora en sus filas.
A Di Yorio lo percibimos diferente, al menos por lo visto hasta ahora. No se distrae en las ‘maquinitas’, tiene el respaldo del técnico y el carisma lo deja a un lado sin ser sumamente frío. A Lucas le hemos visto moverse por la pelota, salir para participar en la jugada, pelearse por tirar un penalti y festejar con el que lo tiró en lugar de él.
Esa sangre caliente de Di Yorio da la esperanza que vendrán más goles.
El ariete cayó en un bache de cuatro partidos sin anotar y si siempre se dice que los delanteros son de rachas, también hay una verdad en el futbol: los lapsos de sequía no deben prolongarse hasta hacerse una mala costumbre de no romper la red, tal y como les pasó a los últimos delanteros de La Fiera.
Di Yorio no tiene una competencia natural en el León, sólo hay jugadores que pueden ser habilitados como puntas. Por eso, el reto mayor es con él mismo, para aportar a la causa y para no repetir las malas historias de los recientes killers esmeraldas que resultaron no tan killers.
Di Yorio, aparécete, La Fiera lo requiere.
Twitter @geraslugo