Sacar del partido contra Mazatlán a los de renombre del León resultó ser el intento de un milagro que no llegó. La Fiera ha perdido la brújula y a la par, también a los paladines esmeraldas que ponían el pecho a las balas y salvaban los juegos con pases y goles.
Se llegó la mitad del torneo y el León de Renato Paiva preocupa. La expectativa de una nueva era en la madriguera se ha enfriado por el golpe de realidad que sofoca al equipo: un triunfo en los últimos cuatro partidos y los otros tres duelos en la alforja de las derrotas.
Si ampliamos el panorama, luego de ocho juegos, hay más empates que victorias, más derrotas que triunfos, más goles en contra que a favor, más puntos perdidos que cosechados, más explicaciones que soluciones.
De la heróica a la derrota
Frente a Pumas, con un hombre menos y tres goles en contra, La Fiera tuvo los tamaños futbolísticos para rescatar un punto.
Contra Monterrey, cuando llevaba tres en contra, pudimos percibir un olor a reacción de parte de los Verdes, anotaron un gol y estuvieron cerca de cuajar por lo menos otro. Ahora ante los llamados Cañoneros, también con tres en contra, no hubo absolutamente nada, ni reacción ni olor ni tamaños futbolísticos.
Los pilares, a la baja
Esta vez, Paiva optó por suplir a Ángel Mena, Víctor Dávila y a Luis Montes en algo sin discusión porque no aportaron, pero sí con la rareza de no tener al menos a uno o dos de ellos dentro de la cancha para resolver el trámite.
Mena ha tenido un 2022 silencioso, lejos de aquel 2019 que rompió toda clase de redes. En este año sus pinceladas han sido espaciadas. Aquel ángel que siempre apareció al llamado del gol, hoy tiene sus alas retraídas.
Dávila se ha extraviado en la cancha al removerlo del eje del ataque hacia una posición de la que pensamos le caería mejor, algo más natural para sus condiciones. No podemos negar que cumplió como un habilitado centro delantero, sin embargo, hoy se mueve dentro de una brecha profunda entre él, la media y Di Yorio.
Lo de Montes es quizá la desazón que más inquieta. El capitán no pesa en la cancha y no lo hace desde un técnico atrás. La capacidad del medio campo esmeralda se ha desvanecido, tanto para recuperar como para proyectar, función que le corresponde.
Y no es echarle toda la leña al ‘Chapo’, pero siendo el de más experiencia por encima de Fidel Ambriz e Iván Rodríguez, será siempre el que goce de los réditos o el que pague las que se queden a deber.
Impera el desconsuelo
El dilema de Paiva está espinoso. Por un lado, contar en el plantel con Mena, Dávila y Montes es tener la casi obligación de ponerlos a jugar dada su experiencia y cualidades. Por otro lado, es determinar en qué momento utilizarlos en las actuales circunstancias, si como titulares o revulsivos, ya que hoy impera el desconsuelo en el futbol que desempeñan.
Sin duda y sin importar los minutos que estén o si son o no titulares, los tres tienen aún en sus botines aportes por ofrecerle a una Fiera que se hunde lento.
Aunque hoy, estos paladines necesitan ser rescatados, requieren de algo o de alguien que les regrese la alegría de su juego.
Twitter @geraslugo