Luego de semanas complicadas, con un par de goleadas incluidas, León finalmente volvió a la senda del triunfo. Y lo hizo agradando a su afición, lo cual es importante.
Con Bellón y Ambriz como pareja en la central, y con Elías recibiendo una oportunidad de inicio, el León inició precavido el encuentro, pero poco a poco tomó confianza ante las escasas llegadas rojinegras.
Buscando generar llegadas por los costados, La Fiera tomó control del encuentro, con Hernández y Mena tratando de hacer conexión Di Yorio y Martínez.
Justo resultó el gol de la quiniela, no solo para el dominante León, sino también para Paul Bellón, que ha sido de lo más rescatable de la escuadra esmeralda en el torneo. Merecida esta primera anotación en Primera División para el joven tapatío.
Pero poco le duró el gusto a los Verdes, y una precipitada salida de Cota terminó por regalar el penal que Furch capitalizó de forma excelsa. E igual de desafortunada fue la mano de Byron al final del encuentro. Pequeñas grandes desconcentraciones que siguen convirtiéndose en anotaciones en contra.
Reencuentro con el gol
Otra cosa para destacar es el reencuentro de Di Yorio con el gol. El argentino, que anotaba desde la jornada tres, se sacudió la presión por la sequía anotadora, y seguramente volverá a ser importante en el ataque verdiblanco para el cierre del torneo. El buen momento del León ante la escuadra atlista dio para que incluso Federico Martinez -quien dio tal vez su mejor partido desde que llegó a México- pudiera hacerse presente en el marcador.
La victoria es oxígeno puro para La Fiera y para su entrenador, quien seguramente ahora presumirá el “ADN ofensivo” del equipo.
Sin embargo, las cosas deben tomarse con calma, porque la escuadra verde sigue requiriendo de mucho trabajo.
Ya lo dijo el propio Paiva: “Ni cuando ganas está todo bien ni cuando pierdes está todo mal.