La llamada ‘Paivaneta’ se volcó en tierras regias, y el León sufrió una humillante goleada ante La Pandilla.
La Fiera vivió un primer tiempo de pesadilla en el ‘Gigante de Acero’. Monterrey tomó cuantas veces quiso mal parada a una defensiva leonesa que, a pesar de ser superada una y otra vez, no corrigió en los primeros cuarenta y cinco minutos, y continuó sufriendo en la segunda mitad.
En la primera parte, Renato Paiva se disfrazó de Ariel Holan, y a pesar de la facilidad con la que su medio campo perdía balones, y de los tres goles en contra, no ajustó. Se agradece la propuesta defensiva del portugués, pero alguien le debería decir que los laterales -o carrileros, o como se les quiera llamar- no solo están para atacar, sino también para defender.
Paiva busca amplitud, y tanto Osvaldo como Byron se suman bien a atacar, pero les cuesta un mundo de trabajo regresar para defender. Le pasó con Pumas y le sucedió otra vez ante Rayados.
La escuadra leonesa intentó nivelar las cosas en la segunda mitad, pero cuando no tienes contundencia poco se puede hacer. Ni siquiera la atajada de Rodolfo Cota y el gol de Byron Castillo pudieron revertir el daño. Y mientras el León se cansó de fallar una y otra vez ante la meta de Cárdenas -que dicho sea de paso, tuvo una gran actuación-, Monterrey y Arturo González anotaban cada vez que llegaban.
La goleada debe servir como lección para Paiva y sus pupilos: el buscar un estilo ofensivo no significa sacrificar o menospreciar las labores atrás. Si el portugués no entiende esto, no será la última goleada en contra que veamos en el torneo.