Aunque León haya salido de la República Mexicana, el mal juego no se cambia con un simple traslado a Estados Unidos.
Con todo y un abarrotado recinto para presenciar su cotejo ante las Chivas, el equipo de Nicolás Larcamón volvió a demostrar un deficiente planteamiento sobre el terreno de juego.
A pesar de darle juego desde el inicio a hombres como Paul Bellón, José David Ramírez y Sebastián Santos, la insistencia con la línea de cinco sigue perjudicando al equipo con una caducidad explícita en sus jugadores.
Sin claridad en las transiciones de juego y con clara falta de ideas y contundencia en la zona rival, los leoneses volvieron a mostrar una pobre exhibición de futbol.
Todo aquello desata una simple pero a la vez compleja pregunta de seis palabras…
¿Qué está pasando en la Fiera?
¿Por qué no se sale del bache?
¿Por qué no hay un cambio táctico?
¿Por qué sigue existiendo necedad en la táctica?
¿Ya se acabó el discurso?
Entre un mar de preguntas que hunde a la afición en la incertidumbre, los días se convierten en semanas, las semanas se convierten en meses, y los meses se convierten en años.
El Mundial de Clubes está a tres meses de distancia y las suspicacias entre los aficionados crecen en cuanto a un posible rompimiento en el vestidor esmeralda.
Y es que, tratando de encontrar respuesta alguna al sufrimiento, cada seguidor está en todo su derecho de sacar sus propias conclusiones.

Sin embargo, desde mi perspectiva, esto pasa más desde un punto de vista táctico, en el que Larcamón querrá agotar hasta el último día de insomnio para no deshacerse de su línea de cinco, aunque es inminente que ya caducó.
Por lo pronto y después del amistoso, tocará regresar a la ciudad para preparar una complicada visita a los Rayados de Monterrey donde tienen apenas dos victorias en 18 partidos de torneos cortos.

