León.- La Fiera espantó todos los fantasmas que siempre le hacían sucumbir ante Tigres.
Esta vez la historia fue distinta, León es finalista.
A pesar del balde de agua fría que recibió en el gol de Diego Reyes, a pesar del protagonismo del árbitro, a pesar del camión que puso Tigres en su meta, los Verdes nunca bajaron los brazos y en ello encontraron un premio justo.
Se habló mucho de la estadística favorable de Tigres sobre el León. También se habló de la estadística contundente de la Fiera sobre el Miguel Herrera. La maldición del Piojo jugó mejor en el Glorioso.
El Tigres de la Vuelta fue el Tigres del Tuca. El León de la Vuelta fue el León que enamora a su afición.
La Fiera avanzó por su posición en la tabla, pero eso a nadie le importa. Qué más da.
Ángel Mena fabricó su revancha en el recuerdo de aquella final en la que salió llorando de tristeza. El ecuatoriano fue clave en este triunfo.
Primero con un disparo cruzado, luego yendo al último resquicio del área enemiga para empujar el balón a la red.
Mena sonríe, lo hace de oreja a oreja y jugará su tercera final como esmeralda.
Este gol, el segundo y definitivo, es una muestra de los tamaños con los que se debe jugar si se quiere llegar al duelo por el título.
Aplausos, sí, aplausos a esos Esmeraldas que en esta semifinal pelearon el balón en cada centímetro: Iván, Mosquera, Dávila, 'Avión', Meneses, Mena.
León está a dos juegos de la novena estrella, siendo un camino corto para recorrer y largo para conquistar.
La Fiera debe tomarse solo unas horas para festejar el dramático pase, luego de ello calma, mucha calma pues enfrente tiene una Final por jugar.
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