El espíritu de juego que prevaleció en la Fiera fue el mostrado contra Juárez y no el que manifestó a media semana en Las Vegas.
La obligación de ganarle al Seattle era tal que jugaron para eso. Ante el Atlas se tenía este mismo compromiso por los irregulares resultados cosechados en las jornadas anteriores, sin embargo, en los Esmeraldas no se mostró pizca alguna del deber ser.
Juárez y Atlas le jugaron a lo mismo pues el primer tiempo fue una calca en estos dos partidos. Dos juegos donde el León se dejó engañar inocente.
Norteños y rojinegros le cedieron la pelota, le permitieron ganar terreno, le hicieron vivir en un espejismo.
Ahora el zorro jugó con astucia. Se echó atrás, pero bien plantado. El León se volcó al frente, pero desgarrado. Cayó otra vez en la trampa.
Ariel Holan cambió su alineación. Le ofreció oportunidad a David Ramírez, Emmanuel Gigliotti y a Luis Montes para escuchar en la cancha el silbatazo inicial. De esta forma modificó el punto de equilibrio que le dan en conjunto Iván Rodríguez, Santiago Colombatto y Omar Fernández.
El "Avión" no despegó, el "Puma" no jugó en una Final y en el "Chapito" vimos un capitán irreconocible, intermitente e impreciso.
Sin el "Patrón", Colombatto no es el mismo. Sin el argentino ni el colombiano, el "Jefecito" pierde la presencia en la media cancha. Hoy Holan no puede darse el lujo de desarticular lo que en la Fiera está bien atornillado.
El Atlas defendió su virtud al respetar el orden, el esfuerzo y la inteligencia. Reflejo de esto es lo que hace Aldo Rocha, el leonés que le da al zorro el sentido de orientación y por quien pasa la pelota para distribuir absolutamente todo.
En el Jalisco, la Fiera se alejó un kilómetro más de su mejor forma de juego. Los laterales no empujaron y los extremos no explotaron. Las triangulaciones brillaron por su ausencia tanto como los disparos de media distancia.
Y para mojar más lo empapado, esta vez los cambios empeoraron lo que ya olía mal.
El cuadro esmeralda no jugará la jornada doble al estar pospuesto su duelo contra Cruz Azul, una buena noticia para hacer un alto, pensar fríamente, hacer una autocrítica y poner remedio a la amnesia que sufre la Fiera. Ya son cinco partidos en los que no recuerda cómo ganar.
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