Ya son seis juegos sin ganar. Cuatro puntos de 18, muy poco.
El gol anulado de Emmanuel Gigliotti, muy cerca del final del juego, le pone un ingrediente de rabia a la igualada leonesa con los potosinos. Enojo porque hay confusión en la jugada, porque se puede catalogar como injusta la marcación, porque era romper con una racha negativa que ya cala en el hígado.
El VAR le quitó el gol del triunfo al León, pero también y siendo estrictamente fríos, la novatez del arbitraje permitió jugar al cuadro verdiblanco con un William Tesillo que también pudo haberse ido a las regaderas desde el primer tiempo por tener la cabeza caliente.
La Fiera hizo más que San Luis por ganar en la segunda parte donde tuvo mayor posesión de la pelota.
Con un hombre menos, los Esmeraldas supieron pararse bien en el campo y aunque con algunos sustos, soportó los arribos potosinos. Con un hombre menos y ambos equipos con diez ante la expulsión de Berterame, San Luis se echó para atrás pidiendo que los minutos transcurrieran rápido.
Pero volvemos al mismo hoyo de los anteriores partidos. Esta Fiera, con el plantel que tiene, no puede esperanzarse a ganar un partido con una sola jugada.
Los de Ariel Holan siguen superando a los rivales en la tenencia de la pelota, pero eso de nada sirve si no se superan las barreras enemigas, si no se ingresa al área con convicción y se rebasa la línea de meta. El León toca tanto que se olvida de anotar.
Omar Fernández dejó al León dos partidos sin su calidad. Este, contra San Luis, porque se hizo expulsar muy pronto y el que sigue porque cumplirá con su sanción. Sin el Patrón y sin Ángel Mena, el León pierde fuerza, empuje y picardía.
Hoy en el equipo leonés no hay alguien que marque diferencia, que se rebele por sus tamaños a la falta de contundencia que prevalece. Seguimos sin ver al paladín que rescate a la Fiera de esta sequía.
Seis fechas sin ganar y 328 minutos sin anotar. Que nadie lo niegue, ya podemos hablar de crisis en el seno esmeralda.
- Twitter @geraslugo