León.- Fue una victoria bien trabajada por la Fiera, reaccionando a un inicio incierto y volviendo a ser el cuadro que se sabe efectivo al manejar la pelota.
Presenciamos la reaparición de Fernando Navarro, no porque haya estado fuera de los anteriores encuentros, me refiero el resurgimiento de ese lateral punzante y descarado para meterse como un volante e ir más allá.
Navarro aportó con su chispazo para el empate con el pase de gol para Gigliotti y después definió en jugada personal para el de la ventaja en un tanto de buena manufactura.
Lo vimos en plan de todo terreno como la mejor noticia de la noche en el cuadro esmeralda.
De igual forma, Yairo Moreno también se dio el tiempo de ofender y el que los laterales se sumen le viene bien a la Fiera.
El León de siempre
Después del gol atlista apenas a los 10 minutos, Nacho Ambriz desató a Luis Montes aprovechando la amplia cobertura que se logra con un Pedro Aquino estando concentrado en lo suyo. Esto le permitió a la Fiera recuperar el racimo de toques que obligó a los Zorros a ser ese equipo desarticulado que Diego Cocca no ha podido sanar.
Y así, poco a poco el León volvió a ser el de buen toque y Atlas el equipo de siempre. Ángel Mena no se hizo presente en el marcador, pero colaboró para darle movimiento a una ofensiva que ahora estuvo definida en punta por lo oportuno de Gigliotti y el esfuerzo de Nico Sosa.
Lo lamentable
Punto y aparte la dramática y desafortunada lesión de Édgar Zaldívar al caer mal tras pelear el esférico con la cabeza. Su llanto describió la seriedad de su lesión.
León no pudo ampliar el marcador a pesar de tener un jugador más en la cancha tras la expulsión de Ortega, pero sacó un triunfo casi obligado ante uno de los rivales a modo del Guardianes 2020 y con ello catapultarse hasta la segunda posición general.
Además, la Fiera en casa marcha perfecta con tres triunfos. Después de visitar al Necaxa, se recibirá a Tigres, dos partidos en nueve días que nos dirán si este León es tal como se pintó esta vez en el Glorioso.