León perdió la brújula en su encuentro contra el campeón Atlas.
Tan solo fueron 20 minutos en los que pudo sostener la practicidad de un fútbol con serias intenciones.
En ese lapso destacaron los movimientos de Víctor Dávila, el empuje del debutante Fede Martínez y lo certero de Ángel Mena desde el manchón.
Sin embargo, a la Fiera se le fue el aire, dejó ir de nuevo cuenta una ventaja y cayó presa de un visitante que, sin sus armas ofensivas Furch y Quiñones, se fortaleció con el orden en sus líneas.
Cocca supo jugar desde la banca, Holan no.
Con otro descuido defensivo, la igualada llegó y se fue el triunfo.
En un partido de más de 30 faltas, en el León hubo más amonestados que el número de llegadas de peligro que generó.
Ariel Holan ya había vaticinado que la exactitud futbolista en su equipo aún no estaría a punto para este partido. Lo preocupante es que el León tampoco fue capaz de inquietar al rival mediante deseos, pelotazos o algo que aunque no fuera ortodoxo pusiera el esférico en el área del portero atlista.
Ormeño volvió a pasar de noche sin ser solución, el Patrón Fernández no pudo ser revulsivo, se extrañó la labor de Colombatto y urge el regreso de Meneses.
Queda la sensación de que Fede Martínez dará más y que con Dávila y Mena podrá formar una ofensiva interesante. Sensaciones, lo único rescatable en otro empate desabrido.
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