León.- El de anoche fue un partido típico de inicio de temporada, en donde el León -a pesar de dominar y tener mayor posesión del esférico que las Chivas-, no solo terminó extrañando a Navarro, también extrañó a Ismael Sosa.
La Fiera acusó problemas físicos y fue impreciso en los toques finales, situaciones que son entendibles, aunque los comentaristas en la tele no lo comprendan, y se dediquen desde la jornada uno a candidatear equipos, a demeritar a otros, y a crucificar jugadores, como a Ángel Mena por sus fallas.
Cierto es que el ecuatoriano tiene una pifia grosera que pudo haber cambiado el rumbo del encuentro, pero en general no fue la mejor actuación de los Verdes en lo colectivo. En el ataque, por mencionar solo un aspecto, se necesita algo más que solamente las ganas de Sosa y León para conseguir anotaciones.
A pesar del sabor agridulce del empate, se debe destacar el orden mostrado atrás por los pupilos de Ambriz, con una zaga que comportó a la altura durante casi todo el encuentro.
Es muy pronto para analizar y sacar conclusiones, pero por lo pronto, en el Akron fue un debut gris para los leoneses.