León.- Revertir un marcador no es ni será cosa fácil, a menos de que en el equipo se encuentre un tipo como Fernando Navarro, quien además de dominar su posición tenga la iniciativa y visión para comandar una remontada hasta el punto de hacerla realidad.
Gran noche es la que dejó en el césped del Nou Camp el casaca 5, quien no sólo puso ganas ya que también hizo gala de un extraordinario toque que permitió arruinar los planes de unos rojinegros del Atlas que intentaron más a base de mañas que de buen futbol, arruinarle el partido a la Fiera.
Los esmeraldas tuvieron que remar contra corriente ya que desde el minuto 10 un trallazo de Renato Ibarra venció a Rodolfo Cota quien ahora tendrá que contar que alguna vez un fugaz disparo, pasó por en medio de sus piernas en algo que termina ser el colmo de los guardametas.
Tras dicha situación fue el momento en donde había que crecerse ante la adversidad y entonces "Navarrito se convirtió en "Navarrote" ya que a los 35 minutos recibió un formidable pase típico de Luis Montes para bajarla como los dioses y cederla para Emmanuel Gigliotti quien definió para el empate en una jugada en donde la pulcritud fue la principal característica.
Ahí el equipo ya había ganado en confianza, misma que se tradujo en un segundo tanto cortesía nada más ni nada menos que de Fernando quien ahora parecía que hacía click directo con el "Puma" quien de inicio vio bien colocado a Ángel Mena quien después de taquito cedió para Navarro quien la colocó en donde más les dolió a los rojinegros.
Así prácticamente todo se definió, Navarro había dejado en claro que el covid que hace unas semanas lo aquejo, fue cosa del pasado a tal grado de que llevo a la Fiera directamente de las garras a sumar de a tres y llegar a 14 puntos colocándose a solo un par de diferencia de la Máquina Cementera de Cruz Azul.