León.- En su casa, Puebla fue mucho más que sólo corazón, tuvo idea, tuvo defensa, delantera, las oportunidades para maniatar a La Fiera y, sobre todo, también tuvo portero. Factor en el choque de ida de los cuartos de final y el responsable de la mínima pero importante ventaja conseguida por la Franja.
Sí, el cuadro de Juan Reynoso tendría que agradecerle a Omar Fernández el 2-1 pero más a Nicolás Vikonis, pues así como en la repesca, sólo un penal logró vencer al uruguayo en cuyas manos descansan las esperanzas camoteras.
Lo cierto es que León tuvo pocas opciones. Cosa rara en el equipo de Ignacio Ambriz que se notaba descanchado, incómodo, impreciso y, además, recibió un baño de agua fría muy temprano con la anotación de Fernández apenas al minuto 1".
Fue cuestión de tomar el balón y encontrar el espacio. En su primera salida, Pablo González observó la soledad de Fernández por la banda izquierda; el colombiano, ya con el balón en su poder, avanzó por aquel sector y recortó a Fernando Navarro, después se quitó de encima a Stiven Barreiro que lo dejó entrar hasta la cocina y sacó un disparo cruzado que venció a Cota.
Este "gol de vestidor" golpeó fuerte a La Fiera que intentó sacar las garras con un disparo de Luis Montes, no obstante, la pierna salvadora de Vikonis impidió la sorpresa y, en su equipo, inspiró la confianza para aumentar la ventaja en el tanteador.
Fernández cedió a Christian Tabó que avanzaba por la parcela izquierda al 36" de acción, el charrúa se fue hasta línea de fondo pese a la marca de Barreiro que nunca se barrió, y sacó el centro al área, ahí aguardaba Santiago Ormeño junto con Andrés Mosquera y fue el colombiano quien desafortunadamente, empujó la pelota a su propio arco.
La preocupación ya se cernía en el cuadro esmeralda tras el 2-0, pero el futbol no los abandonó y tampoco el VAR, que señaló una falta en el área de Javier Salas sobre Barreiro y el árbitro terminó marcando la pena máxima que convirtió Ángel Mena de manera correcta.
La anotación, ya en la recta final del primer lapso, parecía haber inspirado a los Verdes en el arranque del complemento, pero Vikonis se encargó de bajar la cortina y detener cada embate. Fuera Emmanuel Gigliotti, Mena o Navarro, el arquero poblano no hizo diferencia, cumplió con su labor y salvó a los suyos cuando tuvo que hacerlo.
Pero el resto de sus compañeros tampoco aflojó, los cambios entendieron lo que había que hacer y así no dejaron respirar a La Fiera que si bien tuvo más opciones que en el primer tiempo, no fue contundente y ahora regresará con desventaja a casa, a su fortaleza, a su lugar de confianza, imbatible en todo el 2020.