Desde su fundación en 1944, el escudo del Club León goza de una amplia carga de identidad con sus raíces y es que, desde los primeros modelos, los encargados del diseño se han preocupado por representar el orgullo de la ciudad.
Por tal razón, uno de los principales elementos que aparecen en el escudo es obviamente un león y posteriormente el color verde, debido a que los curtidores en la región solían empaparse sus mandiles de esta tonalidad luego de tratar con químicos los cueros para la elaboración de calzado y otros artículos de piel.
El primero
El primer escudo que portó el equipo esmeralda fue el propio de la ciudad, con el santo patrono San Sebastián, además del tradicional león, un baluarte y un panal. Estos últimos tres elementos como símbolos de unión y fortaleza ante la adversidad.
A mediados de la década de los cuarenta, los verdes portaron este escudo en lo que prácticamente fueron camisas abotonadas que ya lucían el color verde como distintivo principal y que desde aquel entonces comenzaban a llamarles “Esmeraldas“.
El león rampante
Para la década de los cincuentas, el escudo sufrió un drástico cambio al presentarse por vez primera un diseño mucho más apegado al futbol y con un estilo europeo, por lo que apareció un imponente león y una corona sobre él.
Dicho emblema ya presumía la leyenda: “Club Deportivo León A.C.“, rematado con una estrella en la parte inferior, que hacía alusión a un equipo ganador.
Llegó el clásico
Cuando el club llegó a 20 años de existencia, en 1964, la directiva entonces encabezada por Roberto Solís lanzó una convocatoria para festejar sus dos décadas de triunfos y se presentó por vez primera el escudo que ya gozaba de los elementos que se lucen hasta la actualidad.
La palabra León en la parte superior y con grandes letras, la cabeza de un león al costado izquierdo y un balón de cuero al derecho, además de las siglas A.C. (Asociación Civil) dieron un vuelco al escudo que pronto se colocó en el gusto de la afición y que fue obra del Arquitecto Armando Ruíz.
Resaltan sus colores
Fue hasta los ochentas cuando el escudo volvió a modificarse. Si bien los elementos principales se respetaron, el diseño aclaró sus colores a un verde esmeralda y un amarillo más intenso, con lo que se buscó modernizarlo. Además, en la parte inferior aparecieron las estrellas de los campeonatos.
Los últimos cambios
El escudo de la Fiera sigue guardando sus tres elementos más importantes, pero su diseño ha sufrido pequeñas modificaciones con la intención de que sea más agradable y sobre todo, pueda emplearse cada vez más en la mercadotecnia del club.
Al final del siglo XX se retiraron las siglas “A.C.” y aparecieron poco después las de “FC” (Futbol Club), además y para los más detallistas se pueden apreciar cambios en la forma del león, ya que en la era de Carlos Ahumada parecía que la figura rugía con su lengua por fuera y posteriormente, con la llegada de la familia Martínez, se muestra más estilizado en la zona de los colmillos y sin la lengua, además de presumir cada una de las estrellas por campeonato.
Leones que siempre miran a la izquierda.
Así como el escudo del Club León es plenamente identificado en todo el mundo, existen otros equipos que también presumen la presencia de un fiero felino en su escudo y muchos de ellos con una peculiaridad.
El Real Zaragoza, el Osasuna, en España, el Sporting de Lisboa en Portugal, el Olympique de Lyon, el Sochaux en Francia, el Middlesbrough en Inglaterra, el Rangers de Escocia o el Copenhague en Dinamarca, cuentan con leones que siempre miran a la izquierda obedeciendo a un estilo en heráldica en la que estos animales miran para ese lado y aparecen de forma feroz, a diferencia del leopardo que solo aparece caminando en muchos de los escudos de familias o ciudades.
Uno de los pocos escudos que no presenta dicha característica es el del Chelsea, que actualmente presenta a su fiera volteando a la derecha y respetando su diseño original lanzado en los cincuentas. Sin embargo en los ochentas, cuando la firma Le Coq Sportif los vistió, sí presentaron un león cargado a la izquierda que posteriormente desapareció.
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