El León adelantó la noche de brujas. Sí, el del Azteca fue un partido espantoso y que espanta aún más las ilusiones de que el equipo leonés dé un salto de calidad.
Qué lástima que el Diente López no inicie y que lástima que Borja Sánchez no convenza a Larcamón.
El ingreso en la segunda mitad de estos jugadores le dio otra dinámica al equipo, aunque no la suficiente como para despertar por completo a la Fiera y al menos rescatar un punto.
Sin temor a dudarlo, los primeros 45 minutos ante el Cruz Azul fueron los más desalentadores que ha jugado el León.
Por más cambios que haga Larcamón al cuadro, el resultado es el mismo, para ser claros, no hay resultados, no hay ideas ni creatividad.
Los Verdes jugaron desorientados, perdiendo balones de manera infantil y sin llegadas de peligro, es más, ni siquiera tuvieron capacidad para terminar las jugadas con algún tiro a gol o mínimo a la tribuna.
Si no es por Cota, la derrota hubiera sido lapidaria, el 1-0 quedó corto.
El León sigue haciéndole favores a los demás. Cruz Azul tenía seis meses sin ganar en el Azteca y como local, en el presente torneo, sumaba cuatro derrotas y un empate hasta antes de enfrentar al cuadro esmeralda.
La carencia de un buen nivel futbolístico se recrudece con el mal aspecto físico que se le nota a la Fiera.
Hace unas semanas hablábamos de que el León daba pasos hacia adelante, de hecho pudo estar dentro de la zona de Liguilla por méritos propios. Después de lo visto en el Azteca, la Fiera volvió a mostrar su verdadera realidad y esta no es nada agradable.
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