Sin piernas, no hay competencia. El León se lanzó como kamikaze y apostó a ganar o morir en la primera parte, haciendo una gran gestión física para anular a la Máquina Celeste de la Cruz Azul.
Lo logró por un espacio de 40 minutos, poniéndose al frente con ese tanto de Cádiz y cerca de conseguir una buena ventaja con un nuevo remate del venezolano, sin embargo, la Fiera se fundió en su propio esfuerzo y cayó en una nueva derrota ante su gente, que por cierto soportó estoica el aguacero sabatino que azotó a la ciudad.
Los cambios en el León de Eduardo Berizzo
Eduardo Berizzo le metió mano a un felino esmeralda que entendió que debía mostrar otra intensidad ante su nuevo domador.
Diego Hernández por la banda, David Ramírez apoyando a Guardado y Jordy Alcívar haciendo presión a la salida celeste, fueron las novedades más claras que implementó el “Toto” Berizzo.
Fue un primer tiempo en el que el León ilusionó hasta que llegó la igualada de Faravelli. Ya en el segundo, vino el cansancio físico y también mental. Salidas erráticas, pases al espacio a dónde no llegó nadie, además de que ahora la energía la destinaron los Esmeraldas solo a repeler los ataques celestes.
Un regalo y algunos destellos en León
Entre estos errores, el colombiano Barreiro le regaló el balón a Rodo Rotondi y a partir de entonces la historia fue azul en el Nou Camp.
La Fiera mostró otro estilo, otro parado y otras intenciones, la capacidad sigue siendo insuficiente para alcanzar esa primera victoria en el Apertura 2024 de la Liga MX.
Está claro que el argentino Toto Berizzo tendrá que hacer mucho para sacudirse la herencia maldita, o maldita herencia, que le dejó Jorge Bava, hoy ya de vacaciones en su natal Uruguay.
@geraslugo
