Desde el inicio del torneo se esperaba el resurgimiento de la Fiera para tenerla en la Liguilla liderada por el astro James Rodríguez.
Lo primero ya se dio, el León calificó en la Fiesta Grande, aunque por lo menos en el primer partido de la fase final no estará a quién todos queríamos ver en un duelo así. Falta esperar el reporte arbitral y la sentencia que dé la Disciplinaria para saber si habrá un castigo mayor.
James vio la roja tras ganarse dos amarillas seguiditas por reclamarle a Adonai Escobedo. El colombiano tenía razón, era falta y el silbante no la marcó. Sin embargo, no podemos justificarle al ídolo la forma en la que perdió la cabeza.
El arranque del colombiano fue sólo el estallido de una olla de presión. A la vista está que en los últimos juegos la Fiera ya no fue la misma a la de la primera parte del torneo, y lo peor de todo es que James tampoco.
En las escenas donde el colombiano salió enojado pateando sillas por los primeros tropiezos del León, le aplaudimos por tener la sangre caliente. Después, ese hervor fue convirtiéndose en un tenebroso frío dentro del campo.
Un james que ya no es igual
Es cierto que James siguió plasmando su calidad técnica en varias jugadas de varios encuentros, pero su magia ya no fue protagonista.
No sólo es contar con James físicamente en el campo, es tener a James mentalmente en el juego.
Y es que por muy mal que estuviera jugando la Fiera, siempre se tenía la confianza de que el astro apareciera para resolverlo todo en un zapatazo.
Hoy, desafortunadamente, cuando se reciba al Cruz Azul en el primer juego de los cuartos de final, en el duelo donde se necesita aprovechar todas las bondades que puede ofrecer una localía, James Rodríguez no estará.
La derrota ante el Monterrey recalca con letras rojas la crisis del felino esmeralda que camina desorientado sin que el ‘Toto’ Berizzo pueda encauzarlo de nueva cuenta a la regularidad futbolística.
Hay que decirlo, el León ha calificado a la Liguilla por méritos propios ganando nueve juegos y empatando tres para sumar 30 puntos. Hasta podemos decir que no le regalaron nada.
El pasado ayudó porque la realidad del presente es cruda, el León terminó la fase regular con cinco derrotas de sus últimos siete partidos para terminar en la sexta posición del Clausura, un lugar que ha estado maldito en las fases finales.
Además, de los calificados directos es el equipo que llega con la peor inercia.
La verdad es que no recuerdo una calificación a la Liguilla tan agridulce como ésta que tiene la Fiera en sus garras.
@geraslugo en X
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