Foto: Gerardo García.
Foto: Gerardo García.

En un partido de altibajos, la escuadra leonesa pasó este jueves de la pesadilla a un final ligeramente esperanzador. A pesar de la derrota, La Fiera logró sobrevivir en la ida ante Cruz Azul, y se va Ciudad Universitaria con una desventaja que pudo haber sido mucho peor.

Como en prácticamente toda la mitad del torneo, el León volvió a mostrar las mismas carencias: Errores defensivos, falta de contundencia y una pobre idea futbolística en lo general. Pero a diferencia de lo visto en los últimos partidos de la temporada regular, lo que mantuvo a flote a la nave esmeralda esta vez fue la enjundia mostrada por la mayoría de sus elementos. 

Y es que, ante la falta de buen futbol, muchas veces son las “ganas” las que rescatan actuaciones. Mostrando vergüenza y coraje, la mayoría de los jugadores leoneses en el campo lograron nivelar las cosas ante un Cruz Azul contundente, para apenas enmendar algo que lucía desastroso al final del primer tiempo.

Berizzo y los movimientos que no dan resultado

Berizzo le sigue moviendo, pero no encuentra la nota correcta. En esta ocasión decidió incluir en la alineación a un desencanchado Adonis Frías, que luego de las malas actuaciones de Bellón, lucía como un recurso desesperado. Pero Adonis, de discreta actuación, falló haciéndose expulsar para dejar a su equipo con 10 elementos todo el segundo tiempo. El técnico leonés, que insiste en poblar el medio campo -Fonseca, Echeverría, Guardado y Moreno-, sigue sin entender que tener más hombres ahí no es garantía de mayor posesión del esférico, ni de más productividad al frente.  Y lo anterior quedó demostrado cuando vimos un mejor funcionamiento verdiblanco en esa zona luego de la expulsión Frías, con Echeverría bajando a hacer funciones de defensa central, y permitiendo que quedará más libre esa parte de la cancha, en donde Guardado ha dado uno de sus mejores partidos con la camiseta esmeralda, sobre todo por la actitud de auténtico líder que ha mostrado.

Pero el problema leonés va más allá de las pifias en su cuadro bajo y del escaso manejo de su media. Un equipo que juega sin centro delantero, difícilmente va a ganar partidos. Eduardo Berizzo ha perdido la confianza en Cádiz, quien por cierto luce apático y a disgusto desde hace varios juegos. Y como ni Ayón ni Rigoni respondieron cuando se les dio oportunidad en ese puesto, el “Toto” ha optado por depender de algún remate providencial de alguien que llegue a cerrar los escasos pases buenos de Stiven Mendoza.

Y así, con toda esta cantidad de problemas y carencias, Los Verdes buscarán hacer la hombrada el próximo domingo, cuando se le pague la visita a los Celestes. La misión parece casi imposible, pero bien sabemos que en el futbol no hay nada escrito.

X: @luismideportes

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