Cinco años han pasado desde aquel marzo del 2018 donde Los Ángeles FC disputaron su primer partido como equipo profesional en la Major League Soccer (MLS).
El común denominador en la organización es Carlos Vela, aquella figura mexicana que cimentó la historia de la ciudad dentro del futbol profesional y hoy, en el último día del quinto mes del 2023, disputó la segunda final internacional en la historia de la franquicia.
A pesar de un considerable apoyo en las gradas esmeraldas, la historia terminó por ser discrepante a la esperada con una ausencia que repercutió, y en serio, a la ofensiva californiana.

Después de dar el pelotazo inicial y persignarse en agradecimiento de una nueva disputa, el ’10’ mexicano brilló por su preocupante ausencia en los espacios ofensivos.
Durante 19 minutos no pudo tocar ningún esférico de forma certera, pues la marca personal de Adonis Frías, aunada al apoyo de Fidel Ambriz y William Tesillo, lo agobió a tal grado que se le vio molesto en reiteradas ocasiones.
Fue hasta el minuto 20 cuando su presencia generó un esbozo de peligro en el área rival al controlar un esférico por la banda derecha.
No obstante, en la prolongación se encontró con la precisa cobertura de ‘Tesi’ quien, solamente punteando el esférico, disipó cualquier opción de peligro.
Así transcurrió la mayor parte de los primeros 45 minutos, en los cuales simplemente no pudieron encontrarlo con frecuencia.
Sin embargo, dentro de lo malo, pudo generar un esbozo de peligro hasta al minuto 42, lapso donde hiló pases por una banda izquierda que, a pesar de la insistencia, tampoco fue la vía de acceso.
Así pues, con manoteo hacia sus compañeros e indicaciones sobre a dónde debería ir la pelota, la primera parte terminó amarga para el mexicano quien, sin poder hacer acto de presencia como capitán, observó cómo su escuadra se fue al descanso con desventaja de dos goles.
El complemento siguió con la misma tónica para su causa, pues a pesar de tener amonestada a la central contraria (Frías y Tesillo), el apoyo de Osvaldo Rodríguez como revulsivo fue vital para evitar un renacer de su futbol en el pasto verduzco del Nou Camp.
“Hasta que tocas una Vela”; “No hace nada”; “Nadie te quiere”; fueron algunos gritos hacia la figura mexicana que abonaron la presión en conjunto con un abucheo incesante en su contra.
Frustrado, impotente y con un especie de parche cerca de su rodilla izquierda, la vela se apagó… más no afectó del todo para un equipo que, en el agobio, encontró un descuento que le sabe a gloria de cara a un partido a matar o morir en Los Ángeles.
