En un resultado que muy pocos hubieran anticipado, el León sacó este sábado un sorpresivo empate del “Volcán”, ante la siempre complicada escuadra de Tigres.
Mostrando por momentos personalidad ante los locales, la Fiera intentó jugarle de tú a tú a los dueños del “Universitario”. Aunque los Verdes nuevamente presentaron una doble contención en las figuras de Fonseca y Echeverría, este último realizó una importante labor simultánea como volante, tomando el mando del medio campo visitante en el primer tiempo. El planteamiento esmeralda estaba sorprendiendo al conjunto local, incluso estando cerca de abrir el marcador. Y justo cuando mejor se veía La Fiera, la expulsión de Purata irónicamente terminó por afectar la propuesta visitante.
A pesar de que el León se mostró ordenado en sector defensivo (se debe destacar lo hecho por la dupla Barreiro-Frías, y la aceptable actuación del “Gato” García), y tuvo mayor posesión del esférico con el hombre de más, fue incapaz de sacar una ventaja real. El problema de la Fiera sigue siendo el mismo: a pesar de tener un aparente dominio territorial, sus atacantes pasan un mundo de complicaciones para pisar el área rival y muestran una incapacidad terrible en zona de definición.
Ese aparente dominio leonés permitió que el técnico intentara algo diferente con James en el campo en la segunda mitad, permitiéndonos ver finalmente en la media leonesa juntos al mismo tiempo a la estrella colombiana, a Cortizo y a Arcila. Sin embargo, este medio campo renovado no pesó ante el marco de Guzmán, y da la impresión de que Berizzo se tarda en ingresar a Funes Mori en sustitución de un Alfonso Alvarado que luce incómodo realizando funciones de centro delantero.
Es cierto que el empate deja un sabor agridulce en el aficionado leonés, porque se tiene la impresión de que, dadas las circunstancias el encuentro, se pudo haber traído la victoria a casa, pero no se pude dejar de lado el hecho de que enfrente se tenia a un equipo poderoso, que aún con 10 hombres en el campo no deja de ser peligroso. Y aunque mucha de la culpa recae en el director técnico por sus malas decisiones, lo cierto es que él no es responsable por los malos disparos de Fonseca, o de la falla grosera de Moreno ante el marco abierto.
El León regresa de tierras regias con un valioso punto, pero con la sensación de que, de haber sido más certero y arriesgado, pudo haber conseguido más.
X: @luismideportes
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